Hay
situaciones clínicas en las que no tenemos más alternativa que extraer
caninos como por ejemplo : cuando éstos
se encuentren impactados o incluídos, con presencia de patologías como: quistes
dentígeros, reabsorciones radiculares severas, problemas periodontales severos
que comprometan la movilidad, dientes con caries o fracturas a nivel radicular;
este procedimiento no es de muy buena acogida por muchos ortodoncistas debido a
la función cumplen los caninos; por lo
que luego viene la disyuntiva entre
tratar al paciente buscando conseguir movimientos funcionales adecuados
mediante una “guía canina” realizada por un premolar o conseguir una función en
grupo; en este artículo publicado por los Dres Omar Gabriel y Leopoldino
Capelozza vemos una respuesta ante esta situación.
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